"Esta pasión lo había absorbido por entero, apenas comía, ya no dormía, pero soñaba noches y días enteros con su idea fija: los libros."
GUSTAVE FLAUBERT, Bibliomanía

lunes, 21 de diciembre de 2009

18. AFORISMOS DE QUEVEDO
















Ay, FRANCISCO DE QUEVEDO (Madrid 1580-Villanueva de los Infantes 1645), quién me iba a decir que la carrera de filología hispánica me iba a servir para algo... CÍRCULO DE LECTORES quiso poner en marcha una colección de aforismos de grandes autores, en la línea de la de EDHASA (PESSOA, PLA, JOUBERT...) y aceptaron mi sugerencia de dejar que la inaugurara Quevedo. Me encargué de la edición, releí toda sus obras e incluso pasé por la Biblioteca Nacional, donde hallé un manuscrito atribuido falsamente a él. Tenía un título espléndido, MIGAJAS SENTENCIOSAS, y no pude evitar la tentación de agenciármelo. Salió en el 2004 con prólogo del pintor EDUARDO ARROYO, admirador del autor. Eso si, se vendió un montón pero como es costumbre de Círculo jamás recibí pago alguno en concepto de derechos de autor (esperemos que este trato desleal que dicha empresa se arroga no tarde en ser abolido y dejen de "pasarse por el forro" la Ley de la Propiedad Intelectual).
A continuación, cuatro aforismos de este genio del Siglo de Oro:

Del tirano que se come a los que tiene debajo de su mano, no espere nadie otro favor sino ser comido el último.

Si sois pobre, nadie os conocerá; si sois rico, no conoceréis a nadie.

Ninguna cosa tan movediza como la voluntad de la mujer, ni tan vaga.

Tanto menos tendré que morir cuanto menos viviere.